viernes, 25 de noviembre de 2011

Capítulo 4: Gracias.

Estaba callado, muy atento a lo que Charlie decía. Me miraba con cara rara, por un momento sentí como si me estuviera leyendo el pensamiento, me sentía  extraña a su lado, pero si me alejaba me sentía peor. Sentía un vacío dentro de mí. Se acabó la clase, tocaba  matemáticas con Valentina, que era la profesora de esa asignatura. Era bajita, pelo rubio y ojos verdes pero sobre todo muy pija, lleva una camiseta rosa, encima lleva una chaqueta negra y una falda larga. Empieza  a dar clase y yo me pongo a dibujar. Sentí como Jack me miraba  de reojo y se extrañaba. Volvió la vista al libro, yo seguía con mi dibujo hasta que la profesora se dirigió a mi mesa y me agarró el dibujo. Cada vez agarraba con más fuerza mi brazo hasta el límite de gritar. Me clavó las uñas (que son larguísimas) en la piel. Valentina me lanzó al suelo, Jack cabreado hizo lo mismo con ella. Salió de la clase corriendo. Pero corría  demasiado y no logré alcanzarle. Se paró en una esquina, ya que no se conocía el instituto.
-¿Qué te pasa?- pregunté.
-Nada, ¿por qué lo preguntas?
-¿Cómo que no te pasa nada? Has tirado a una profesora al suelo en tu primer día aquí.
-Ya lo sé. Pero no me aguantaba, no podía aguantar que te hiciera eso.
-Pero si ni siquiera me conoces, no deberías de haberlo hecho.
-Pero eso es pasado, ya está hecho.
-Pues en el futuro tu vas a estar expulsado.- Toca el timbre, salimos todos al patio. Le buscaba disimuladamente con la mirada, pero no le encontré. Estaba preocupada, no quería que le pasara nada pues al fin y al cabo me había defendido. Se dibujó una sonrisa en mi cara, ya le había encontrado. Pero él no estaba muy contento, me acerqué a ver que le pasaba.
-¿Estas bien?
-Si.
-Bueno me alegro, quería decirte que gracias.
-¿Por?
-Por haberme defendido, por cierto si quieres podríamos quedar al salir, ¿no?
-Eso no es nada, por mí bien.
-Bueno pues hasta las cinco. Adiós.- Me fui  de ahí, me estaba sonrojando y quería estar con Melanie. Cuando me dirijo hacia ella, se gira. Parecía enfadada, le giré el cuerpo y vi que se está riendo. Solo era una broma de las suyas. Solía hacerme ese tipo de bromas todos los días, yo al principio me asustaba pero cuando veo que se ríe me da una alegría muy grande.

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