Capítulo 1: Capullo y ¡sorpresa!

Me senté en la cama. Me aburría y encendí el portátil, me conecté al tuenti. No había nadie conectado. Era una tarde aburrida. Llamé a Melanie, mi mejor amiga.
-¿Si?
-¡Marta!
-¿Maria?
-Ah hola, es que mi hermana me ha pellizcado.-Nos reímos.
-Bueno, ¿qué querías?
-Quería preguntarte si esta tarde haces algo.
-Pues no, no hago nada.
-¡Perfecto! Hoy te vienes conmigo ¿vale?
-Vale.
-Pues a las cinco en mi casa. Hasta las cinco, ¡te quiero!-Colgué. Se abrió una pestaña en mi tuenti, era Maikel.
-Hola mi vida-leí
-hola ^^-contesté
-has tardado en contestar.
-Estaba hablando con Meli por teléfono.
-Vale, te tengo que decir una cosa.
-¿A qué esperas?
- Ahora no te lo voy a decir, te lo dejaré por privado, ¿vale?
-Vale.-Me desconecté, estaba intrigada y no sabía que hacer. Tenía una simple opción para no aburrirme, planear que iba a hacer cuando Meli llegara, pues la había llamado para ver si hacía algo. De repente apareció una idea en mi mente, ir a starbucks. Sabía que le haría ilusión, todos los días me decía de ir a starbucks, que sería uno de sus sueños. El aburrimiento no me llegaba a más, decidí abrir varios cajones a buscar mi álbum de fotografías. Lo encontré, saqué la primera foto. Estaba mi madre, mi padre, mi hermana y  yo. Todos en París, de vacaciones, ese verano fue maravilloso. Miré el tuenti por segunda vez, un mensaje privado de él.
#Cariño, te he querido muchísimo pero ya no siento tanto amor por ti como antes lo sentía, ha entrado otra persona en mi vida. Espero que podamos ser amigos, no quiero perder nuestra amistad.#
No me lo podía creer, lágrimas se deslizaban por mis mejillas agarré con todas mis fuerzas el peluche que me regaló mi padre antes de morir. Me quedé dormida durante quince minutos, me despertó el sonido del timbre. Eran las cinco y yo había quedado con Melanie, no me había maquillado ni peinado, "me va a matar" pensé.
Abrí la puerta, era ella.
-¿Que haces así?
-Espera cinco minutos, tengo una sorpresa para ti, pero por el camino te cuento todo.-Me vestí lo más rápido que pude y no tardé nada en maquillarme. Bajé al salón donde estaba ella. Abrí la puerta y nos fuimos a por esa sorpresa.
-¿Has llorado?-pregunta.
-No.
-No me mientas, te estas riendo.
-Vale sí, si que he llorado.
-Explica el por qué.
-Maikel, ha cortado, me a dicho que a entrado otra en su vida.
-Pero, pero, pero...
-¿Pero qué?
-Pero, ¿cómo puede ser tan capullo?-Le abracé con todas mis fuerzas, era muy especial para mi. Enseguida cambiamos de tema, pues ella notaba que no quería hablar de eso. Me calmó bastante. Llegamos a starbucks. Me abrazó y entró corriendo.