lunes, 6 de febrero de 2012

Capítulo 10: Auch

Una tarde de risas sin parar, tuve la sensación de que me iba morir riéndome.
 Sábado, eran las dos de la madrugada cuando me despertó mi hermana pequeña Marta.
-Tata, ¿pueo domir contigo?- Puso esa cara de pena y lo dijo con esa voz tan dulce, que no te podías pensar la respuesta.
-Anda, acuesta te aquí.- Toda una noche a su lado, con una niña de cuatro años en la cama.
Me despierto y ella no está a mi lado. Bajo al salón, todo estaba tirado, me acerqué al sillón, pues me extrañaba que la televisión estuviera encendida y que alguien estuviera viéndola sin recoger. Pero, no todo era como yo pensaba, en el sillón estaba mi madre, con sangre en el pecho. Le tomé la tensión, no se escuchaba ningún latido, no había ninguna señal de vida. Después de todo eso, de ver mis manos temblar, una pregunta se rondaba en mi mente ¿y Marta? Ella no estaba en casa, solo yo. Cogí de inmediato el teléfono para llamar a la policía, me dijeron esa típica frase de "enseguida vamos". Pero, una mano me agarró el brazo dándome un giro de cuerpo a toda velocidad, era Jack.
- Tenemos que irnos. - Me dijo temblando.
-No puedo, ¿y mi hermana? Va a venir la policía, tengo que estar aquí cuando lleguen.
-¿Van a tardar mucho?
-No lo sé, estarán de camino, pero... ¿Son ellos?
-Si, no quiero que te pase nada, vayámonos.
-¿Como has sabido que estaba en peligro?
- Los ángeles, tenemos ese "don" por así llamarlo. -Mi nombre sonó de fondo, ¿como iba a explicar yo que unos ángeles de capa oscura me perseguían? Examinaron la casa, me hicieron varias preguntas y me pidieron que me fuera de ahí, que iban a estar varios días examinándola. Jack me agarró y me dijo lo mismo que dijeron ellos, que me vaya de allí. Estaba en peligro, pero Marta seguía sin aparecer, la que estaba verdaderamente en peligro era ella. Le consulté la desaparición de mi hermana, me dijeron que me informarían cuando tuvieran noticias. Avisé de lo ocurrido a Manuel y a Melanie, él cortó con la excusa de que le habían dicho que le pondría los cuernos, cosa que era mentira, y ella tal y como me prometió un día "en los buenos y malos momentos". Jack me sacó de allí rápidamente, pues me derrumbé. Me llevó a un restaurante para que comiera algo, le pidió permiso a sus padres por si me podía quedar allí por las tardes, ya que por las noches me quedaba en casa de Melanie, ellos aceptaron.
Domingo, no pude dormir pensando en Marta, donde miraba la imaginaba haciendo una de sus travesuras. Toda la noche pensando en que me había quedado con dos personas, nada mas. Pero eran dos personas que me querían, que me cuidaban y que me protegerían hasta la muerte. Sonó el teléfono, era la policía diciendo que tenían información, mi hermana había aparecido, estaba en un garaje. Me vestí corriendo para ir a la plaza, donde había quedado para recoger a Marta. Corriendo hacia el punto indicado de encuentro, estaba ella, con los pelos alborotados, con su pijama de ositos y con el peluche destrozado. Pero al fin y al cabo allí estaba, con su sonrisa en la cara cuando le abracé, podía sentirla a mi lado que era lo que mas me importaba.

jueves, 19 de enero de 2012

Capítulo 9: ¿Mover un castillo por alguien que no mueve ni por mí una piedra?

Jueves, la misma rutina de siempre. La noche anterior me dormí a las tantas porque se quedaba Melanie a dormir, por lo que nos vestimos y nos fuimos al instituto. Esperamos a Jack en clase de filosofía, no apareció, queríamos explicaciones. Cada una se fue a su clase, me quedé absolutamente sola y aburrida sin ella y sin él. Todo fue tan extraño, hasta el profesor estaba raro con su nueva corbata. Se me hizo eterna la clase, en ese momento solo quise poder tener el móvil encima y poder escuchar música, sobretodo esa canción que se me había antojado "Green Day - American Idiot". Me subía el ánimo de una manera ilógica, era tan especial para mí... Pero al fin y al cabo no podía hacer nada, ni tener mi móvil, ni hacer que Jack viniese a clase. La suerte me llegó y el tiempo de la asignatura se acabó.  Ahora tocaba lengua castellana, esa sí que me tocaba con Melanie por lo que no me aburriría tanto como en la de filosofía, además de que ella se sienta a mi lado en esa clase. Antes se sentaba una chica que se llama Vicky, era una de mis mejores amigas, pero las amigas vienen y van, ella faltó varios días al instituto hasta el límite de no venir nunca. Al trimestre siguiente me informaron de que se había ido a vivir fuera, que me había dejado una carta donde ponía: "Siento haberme ido sin dar explicaciones pero tengo unos problemas personales que no te pude contar. Quiero que lo sepas y que me entiendas, te parecerá un poco de locos pero soy un ángel, mi familia siempre ha creído en cosas de esas y todos éramos ángeles. Me tengo que ir porque me persiguen varios ángeles de capa oscura, son esos que ponen las leyes y te castigan por incumplir las normas. Te quiero, volveré algún día."
Desde ese momento no supe nada de ella, ni me visitó. Pero sus ojos color miel nunca se me olvidaron, entonces, habían varias  coincidencias: los ojos color miel, el coche, Jack, desaparecer... 
No, él no podía desaparecer como lo hizo Vicky, no sería capaz de hacerlo o al menos eso pensaba. Hora del patio, allí estaba, apoyado en la puerta de entrada. Me acerqué corriendo y le dí un abrazo, él sin decir nada me lo siguió, era imposible no hacerlo después de pensar que desaparecería de mi vida. Por lo que cogió su mochila y nos sentamos en un banco, a hablar.
-¿Por qué te fuiste ayer, sin dar explicaciones?- Le pregunté con impaciencia.
- Yasmina... Es que tengo miedo de que me falles y se lo cuentes a alguien porque ya me lo han hecho más de una vez.
-Puedes confiar en mi. Nunca te dejaré, nunca.
- Eres un peligro para mí, hay unos ángeles de capa oscura que me siguen porque no puedo estar a tu lado, tienes que enten...- Le interrumpí.
-Espera..¿ángeles de capa oscura? Vicky me dijo algo de eso, que ponen las leyes y todo eso.
-Si, pero.. ¿de qué la conoces?
- Ella venía aquí y se largó sin decir nada, tengo miedo de que te vayas tú ahora.
-No lo haré, no ahora.
-¿Como que no ahora? Jack no te puedes ir, no me puedes dejar sola. Te he cogido cariño, es como si le quitaras un juguete a un niño pequeño. Por favor, entiéndeme.
- Me iré cuando tu me lo pidas.- Eso ya me relajó más, no se podía ir, no sin mí. Era mi mejor amigo, aunque no le conocía demasiado ya había ocupado un trozo en mi corazón. Ahora tocaba religión, pero como yo no estaba apuntada tocaba alternativa, esa típica clase en la que te sueles dormir. Ahora todo era fantástico, él estaba ahí a mi lado escribiendo en las fichas que habían repartido. Esa tarde habíamos quedado los cuatro (Melanie, Jack, Manuel y yo) para dar una vuelta, tenía asegurado que sería una tarde inolvidable. Tocó el timbre de salida, salimos los tres en dirección a nuestras casa, cada uno se despidió con un "hasta las cuatro".

viernes, 13 de enero de 2012

Capítulo 8: Temer.

Ya era jueves, otro día más que tachar en el calendario. Al despertar y ver la hora en el reloj digital decidí en dormir cinco minutos más, pues no tenía esa típica madre que se levanta para despertarte. La noche anterior soñé con mi padre, entonces esos cincos minutos de dormir los aproveché para pensar. La presencia de mi padre siempre había sido esencial para mí, desde pequeña estaba encaprichada con él, por lo que después de su muerte nada había sido igual. Las cosas habían cambiado mucho; yo era una de esas cosas, siempre estaba feliz solo con pensar que él estaría en casa esperándome para abrazarme, ahora simplemente hacía creer a la gente que estaba bien. Sabía que mi padre me estaría protegiendo a todas horas. Esos cinco minutos se pasaron, me levanté de la cama, agarré la ropa y me dirigí hacia el balcón donde se mostraba un amanecer frío. Al tener las manos tan pálidas y frías me costaba vestirme, pues nada mas rozar mis manos con la piel los escalofríos se apoderaban de mi cuerpo. Me aseé y me bajé al salón para esperar a Melanie, que por costumbre llegaba diez minutos antes. Me dirigí hacia la cocina, alcancé los cereales y los puse en un bol con leche. Tocaron el timbre, era ella pero había llegado mas temprano de lo normal por lo que no me apresuré para desayunar. Abrí la puerta y ella entró corriendo.
-Melanie, ¿que pasa?- Le pregunté intrigada.
-Cierra la puerta, ¡cierra la puerta!-le obedecí.
-Vale,  ya no pasa nada, ahora explícame que ocurre.
- Al salir de casa había un coche aparcado en frente, me he asustado pero eso no es lo peor, ¡me ha seguido hasta aquí!
-¿Llamamos a la policia? Porque si no, no podemos salir de casa - se oyeron los gritos de mi madre al fondo del pasillo, ya se había levantado. Le contamos lo que pasaba y se ofreció a llevarnos al instituto en coche, aceptamos la propuesta. Mirando por la ventana trasera, pudimos ver que el coche nos seguía aún. Itzel es mi madre, trabaja en un almacén de ropa, es muy fuerte y un poco testadura. Llegamos al instituto,Jack nos esperaba en la puerta, salimos del coche y le dí las gracias a Itzel por habernos llevado. Le contamos lo que pasaba y se ofreció a llevarnos a mi casa, pues esa noche Melanie se quedaba a dormir. Entramos al instituto,  los jueves solo teníamos clase por la mañana. Jack y yo hablamos en clase por notas, me dejó una en el estuche.
¿El del coche era rubio con ojos marrones color miel? 
Le envié la respuesta.
Si, ¿como lo sabes?
Examiné su cara, no la logré entender del todo pero otra nota cayó en mi estuche.
Tengo que irme.
Se levantó de la silla, le soltó una nota al profesor y desapareció. No entendí el por qué no me había dado explicaciones. Tocó el timbre, bajé corriendo deseando que él estuviera en el último banco. Acerté, levantó la cabeza y la volvió a agachar, me llevó hasta su coche y me dejó en casa sin mediar palabra. Al llegar, mi madre estaba riñéndole a Marta, mi hermana pequeña.
   "Ya habrá echo una de las suyas" pensé.
Y así era, me enteré de todo en un  momento, había roto un cuadro con una foto de la familia. Le castigaron en su cuarto y yo me fuí al mio. Encendí el portátil, puse el Youtube y busqué Claire De Luna, escuchando eso.. me quedé dormida.

sábado, 7 de enero de 2012

Capítulo 7: Sí o No, lo más jodido es no saber que elegir.

A Melanie se le da genial ser guía, ni a mí se me da tan bien. Nos enseñó el parque, la cafetería más visitada; Starbucks, las tiendas, el parque de los patos,pero mi vista logró ver que al fondo del parque había un chico de espaldas, estaba apartado de los demás. Algo de él me invitaba a acercarme más y más, aceleré el paso hasta que sin darme cuenta ya estaba a su lado. Él ya se había dado cuenta, por lo que la sangre ascendió hasta mis mejillas.Era Manuel, ¿por qué estaba solo? ¿No tiene amigos o le han dejado tirado? Me costaba imaginarme en su lugar, entonces empecé a hablar intentando mantener el tembleque que mis labios tenía.
-¿Ha-has queda-dado con alguien?- pregunté aún con el tembleque-.
-¿Yasmina?
-Si, soy yo.
-Hola y por cierto, no he quedado con nadie solo vengo aquí para abrir mi mente. Es el único lugar donde estoy bien.
-Ah, bueno lo preguntaba por si te querías venir con nosotros. No sé, diviértete.
-Supongo que es mejor estar en compañía, me has convencido.-Le extendí mi mano para ayudarle a levantarse, la aceptó. Desde el día de Starbucks no conversaba con él, había cambiado mucho porque cuando yo le conocí no era tan amable, era el típico chulo de clase pero ahora es amable y cariñoso. En ese momento entendí que la gente cambia con el tiempo. Lo único que espero que no cambie nunca es mi amistad con Melanie, ella me entiende y al fin y al cabo no me puedo enfadar con ella porque forma parte de mi vida, porque es la única que me saca la sonrisa en los momentos difíciles, porque ella me seca las lágrimas e impide que vuelvan al caer. Giré la cabeza, estaban los dos a un metro de mí pero oí el grito de mi mejor amiga como si estuviera a mi lado. Volví a girar la cabeza, estaban haciendo una carrera como los niños pequeños. Llegaron a mi lado y Jack me cogió del brazo alejándome de  Manuel y de ella, ya que iban a contarse algo que no querían que yo escuchara. Después de cinco minutos de silencio, sin saber que decir ninguno de los dos interrumpió Melanie con su dulce voz. Susurró al oído de Jack otro secreto, que sería un "ya te puedes ir" porque instantáneamente se largó de mi lado.
- Yasmina, ¿te gusta Manuel?- Me preguntó intentando disimular una pequeña risita-.
- Supongo que sí -contesté indecisa-.
-¿Cómo que supones que sí?
- A ver, cuando estas con esa persona y sientes que no quieres que se aleje de tu lado, que te pierdes en su mirada y que no lo cambiarías por nada del mundo, ¿te gusta?
-Pues sí. Entonces, te gusta Manuel. Te explico, es que a él también le gustas tú, cuando tú has ido a por él se ha enrojecido aunque tú no lo has notado porque como dices tu " te pierdes en su mirada", la pregunta es ¿quieres salir con él?- Me tuve que pensar la respuesta después de todo lo que me había dicho Melanie, el problema es que si salía con él y eso al final acababa mal me quedaría sin amigo y sin novio, pero no podía rechazar la idea de salir con el chico que mas había querido en toda mi existencia a si que mi respuesta fue obvia.
-Pues.. No estaría mal, vamos que sí.-Jack me hizo un gesto para que me girara y al girar apareció Manuel a mis espaldas, le miré a los ojos y perdiéndome en su mirada nuestros labios se unieron.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Capítulo 6: Dime donde vas

Dos asignaturas más -pensé-, lo único bueno que se podía sacar de ahí es que Jack se sienta a mi lado. Sé que él será mi mejor amigo, o por lo menos lo presiento. Todo el mundo entra alborotado a clase pero de repente una persona me toca el hombro.
-Yasmina, pensé que te interesaría que te dijera que el chico nuevo está llorando.
-¿Qué? ¿Dónde está?
-En el último banco..- Observé como se dirigía a mí, su cara es extraña aparte de rojiza. Pasó por mi lado, pero pude agarrarle del brazo antes de que se me escapara. Los ojos los tenía rojos de tanto llorar, sus brazos temblaban y él iba como mareado.
-¿Que te pasa?- pregunto.
- Me encuentro mal. Me tengo que tomar unas pastillas para que no me de un ataque de ansiedad, pero se me han acabado -dijo con voz cortada, ¿por qué no compraron más pastillas? o ¿por qué había venido al instituto así? Habían tantas preguntas en mi mente, me resultaba deprimente el posible ataque de Jack. Prefería no haberle conocido, si a las dos horas le iba a dar un patatús. Me volví lacrimógena, era difícil el ridículo intento de no llorar, pero ese nudo en la garganta me estaba matando. Caí al suelo, él me levantó y me dijo que no pasaría nada, que estaría bien. "Y un cuerno" -pensé-, sentía pinchazos en mi cabeza. Me llevó a clase y le contó al profesor lo que había pasado. A él le llevaron a urgencias, llamaron a mi madre para que viniera a por mí pues yo no estaba en condiciones de seguir allí. En menos de cinco minutos pude oír a mi preocupada madre chillando. Anduve hasta el coche, me dormí y cuando me desperté estaba en la cama acostada. Miré la hora, marcaban las 17:35. Me lavé la cara y el teléfono marcaba una luz amarilla, me habían dejado mensajes de voz, uno era de Melanie: "A las seis estoy en tu casa" , como siempre dejando con la palabra en la boca, el otro era de Jack ¿cómo había conseguido mi número? El mensaje decía: tu amiga me ha dicho dónde vives y el número, cuando te levantes de tu siesta baja al salón. No me rallé mucho la cabeza para decidir la ropa, una camisa negra y un pantalón estrecho. Bajé las escaleras y estaba allí,sentado en el sillón con mi madre.Él se giró al oír el ruido de los escalones.
-Se ha despertado la señorita, ¿estas mejor?- preguntó mientras una sonrisa curvada se mostraba en su cara.
-Si, ¿aún quieres ver el pueblo? Melanie se vendrá con nosotros, a las seis estará aquí.
-Me encantaría ir con vosotras.-Tocaron al timbre, mi madre se levantó y abrió la puerta, era ella por lo cual Jack se levantó y me guiñó el ojo. Salimos él y yo a la calle, mientras ella nos seguía. Le conté a dónde iríamos, le gustó la idea y quiso ser la guía.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Capítulo 5: No te pongas nervioso ^^..

Se acaba el patio. Toca educación física, con Maxi. Es muy simpático, nos lo pasamos muy bien con él. Empieza la clase, nos explica el juego al que vamos a jugar, no conozco ese juego.  Tenía que ir a por alguien que esté a su alrededor y a quien tocaba tenía que ir a abrazar a otro hasta que no quede ninguno. Maxi me entiende, me da muchos consejos, no quiero que acabe  mi amistad con él, pero por desgracia el curso que viene -en cuarto de la eso- me cambian de profesor en educación física. Empieza el juego, le tocan a Jack en la espalda y veo como se dirige hacia mí para abrazarme. Pero se tropieza con una piedra, cae en mis brazos y nuestros labios se juntan. Me mira y se va corriendo al vestuario. Leo los labios de Maxi, dice que vaya  a ver cómo está. No creo que esté muy bien pero a mí me ha encantado. Entro al gimnasio, no está, miro en el vestuario de los chicos, tampoco está. Me dirijo a Carla, una compañera.
-¿Sabes dónde está Jack? -Le pregunto.
-Maxi se ha ido con él a hablar, estaba muy nervioso y le temblaba el brazo -contesta.
-Gracias. - El profesor siempre me dice que su sitio secreto del instituto es detrás del porche, hay una especie de cueva. Corro hacia allí sin pensarlo, están hablando. Pude oír que el profesor le decía "tranquilízate, solo ha sido un simple beso, no lo has echo queriendo" entonces supe que estaba nervioso por el beso. Entré en la cueva.
-¡Jack! Te he estado buscando como una loca, ¿qué te pasa?- Interrumpo.
- Pues que ... Díselo tú Maxi.
-Que está nervioso por lo del beso.- Contesta Maxi.
- ¿Por eso? Eso es una tontería Jack, anda, vamos al vestuario, ya es la hora de cambiar de asignatura. -Nos vamos los tres a los vestuarios. Me aseo y oigo que me dicen a coro las chicas de  clase "uy uy ese tal Jack", me giro sin darle importancia y salgo del vestuario. Nos toca Lengua, esta clase siempre se me hace muy corta, es lo que más me gusta. Subo a clase y saco el libro de mi mochila, empieza a dar clase Rubén, el profesor. Saco folios y pongo en uno de ellos: eres como la marca de heroína que mi cuerpo necesita. Me encanta esa frase, es de la película de amanecer. En cada folio pongo una frase distinta, en mi cabeza hay muchas. Corregimos unas fichas y mandan actividades. "Otra vez a mover la muñeca" pienso. Hago las cinco actividades que han mandado, toca el timbre, me he quedado por el título. Salimos de clase y espero a Jack. Nos vamos los dos a dar una vuelta por el pueblo. Mi madre no me deja llegar a casa mas tarde de las dos menos cuarto.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Capítulo 4: Gracias.

Estaba callado, muy atento a lo que Charlie decía. Me miraba con cara rara, por un momento sentí como si me estuviera leyendo el pensamiento, me sentía  extraña a su lado, pero si me alejaba me sentía peor. Sentía un vacío dentro de mí. Se acabó la clase, tocaba  matemáticas con Valentina, que era la profesora de esa asignatura. Era bajita, pelo rubio y ojos verdes pero sobre todo muy pija, lleva una camiseta rosa, encima lleva una chaqueta negra y una falda larga. Empieza  a dar clase y yo me pongo a dibujar. Sentí como Jack me miraba  de reojo y se extrañaba. Volvió la vista al libro, yo seguía con mi dibujo hasta que la profesora se dirigió a mi mesa y me agarró el dibujo. Cada vez agarraba con más fuerza mi brazo hasta el límite de gritar. Me clavó las uñas (que son larguísimas) en la piel. Valentina me lanzó al suelo, Jack cabreado hizo lo mismo con ella. Salió de la clase corriendo. Pero corría  demasiado y no logré alcanzarle. Se paró en una esquina, ya que no se conocía el instituto.
-¿Qué te pasa?- pregunté.
-Nada, ¿por qué lo preguntas?
-¿Cómo que no te pasa nada? Has tirado a una profesora al suelo en tu primer día aquí.
-Ya lo sé. Pero no me aguantaba, no podía aguantar que te hiciera eso.
-Pero si ni siquiera me conoces, no deberías de haberlo hecho.
-Pero eso es pasado, ya está hecho.
-Pues en el futuro tu vas a estar expulsado.- Toca el timbre, salimos todos al patio. Le buscaba disimuladamente con la mirada, pero no le encontré. Estaba preocupada, no quería que le pasara nada pues al fin y al cabo me había defendido. Se dibujó una sonrisa en mi cara, ya le había encontrado. Pero él no estaba muy contento, me acerqué a ver que le pasaba.
-¿Estas bien?
-Si.
-Bueno me alegro, quería decirte que gracias.
-¿Por?
-Por haberme defendido, por cierto si quieres podríamos quedar al salir, ¿no?
-Eso no es nada, por mí bien.
-Bueno pues hasta las cinco. Adiós.- Me fui  de ahí, me estaba sonrojando y quería estar con Melanie. Cuando me dirijo hacia ella, se gira. Parecía enfadada, le giré el cuerpo y vi que se está riendo. Solo era una broma de las suyas. Solía hacerme ese tipo de bromas todos los días, yo al principio me asustaba pero cuando veo que se ríe me da una alegría muy grande.